Bruselas vuelve a poner deberes a España para afrontar una “elevadísima” tasa de paro. Y comienza por recomendar reducir la “segmentación del de trabajo en aras de la calidad y sostenibilidad del empleo”. Es decir, reducir las diferencias entre temporales y fijos. Para ello la Comisión le pide al Gobierno que reduzca “el número de tipos de contrato”.
Esta recomendación es la primera de los consejos que da Bruselas para solucionar los múltiples problemas de un mercado laboral con una tasa de paro cercana al 26%. El menú prosigue con la recomendación de continuar con las evaluaciones de las reformas laborales y pedir que se vigile “por que la evolución de los salarios reales sea coherente con el objetivo de creación de empleo”. Una forma, esta última, de reclamar que los sueldos no suban mucho hasta que no se anime el mercado laboral. También reclama Bruselas que España vincule más la percepción de prestaciones por desempleo a la búsqueda activa.
La lista no acaba aquí y retoma otras recomendaciones de años anteriores que España todavía no ha seguido: la reforma de las políticas activas, la vinculación entre las políticas de formación y educación a las necesidades del mercado laboral o la modernización de los servicios públicos de empleo.
La exigencia de una reforma laboral es una constante de la Comisión Europea. Ya no reclama cambios en la negociación colectiva -los hubo en la reforma de 2012- pero continúa exigiendo que se reduzca la segmentación entre temporales y fijos, lo que es una forma no expresa de reclamar que haya menos diferencia entre las indemnizaciones por fin de contrato de los trabajadores temporales y los despidos procedentes: 11 días por año trabajado (el año que viene serán 12) en el primer caso por 20 de los indefinidos. Pero el Ejecutivo ya rechazado en diversas ocasiones en los últimos meses este tipo de recomendaciones, la última vez la semana pasada ante un consejo similar del FMI.
En este campo, este Gobierno más bien ha caminado en dirección contraria, pues en la reforma laboral dee 2012 lo que hizo fue crear un nuevo tipo de contrato. A comienzos de año lo que hizo el Gobierno fue simplificar el número de formularios que existían para tramitar las contrataciones ante la Administración, pero rechazó reducir el número de contratos. «La simplificación de los modelos de contratos, introducida en enero de 201434, podría aumentar más la transparencia de la información acerca de las opciones de contratación para los empleadores. Sin embargo esta simplificación administrativa no viene acompañada de una simplificación del elevado número de disposiciones contractuales», analiza la Comisión en un documento de trabajo.
En este mismo documento, Bruselas vuelve a poner en duda la eficacia de la tarifa plana. «Existe el riesgo de que pueda acarrear un considerable coste fiscal en relación con sus efectos sobre la creación de empleo neto», explica.
FUENTE: EL PAÍS.COM