La empresa se reúne este sábado con los sindicatos para presentar el plan, motivado por la caída de ingresos
El Corte Inglés se lanza a adelgazar su plantilla tras la caída de ingresos sufrida durante la pandemia. La cadena de grandes almacenes presentará este sábado a los sindicatos un plan de reordenación de la plantilla por el cual se ofrecerá que 3.000 empleados con contrato fijo dejen la firma, según ha adelantado El Confidencial y fuentes de la empresa confirman a este diario. La decisión de abandonar la compañía será voluntaria, y en caso de que se logre cubrir ese número, El Corte Inglés perderá el 5% de sus más de 63.000 trabajadores, el mayor plan de ajuste de su historia.
Los representantes de recursos humanos de la empresa presentarán este sábado a las once de la mañana por vía telemática las condiciones del plan a las secciones sindicales, entre ellas CC OO, UGT, FASGA y FETICO, y se pondrá en marcha una comisión negociadora. Los sindicatos fueron convocados por correo electrónico, y todavía no han fijado su posición, a la espera de conocer qué figura legal elige El Corte Inglés para hacer el ajuste, según explica Miguel Venegas, secretario general de FASGA, que representa al 52% de los trabajadores.
El Corte Inglés perdió 510 millones de euros en lo más duro de las restricciones, entre marzo y mayo del año pasado, cuando solo sus supermercados salieron indemnes de los cierres. A esa factura se une el cambio de hábitos de compra, que ha virado al comercio electrónico, menos necesitado de amplias plantillas. Eso se traducirá en una reducción del tamaño de la compañía en un intento, por parte de la dirección, de adecuar los recursos de la empresa a las necesidades actuales.
El ajuste se une a otras medidas tomadas por El Corte Inglés para adaptarse a la pandemia. Las ventas digitales son ahora el foco que se quiere potenciar, y eso supondrá desplazar gastos de personal considerados innecesarios por el exceso de capacidad hacia nuevas inversiones: en diciembre este diario adelantó la puesta en marcha de una nueva unidad de negocio dedicada a la logística con la que espera plantar cara a Amazon en España y aprovechar el tirón del comercio electrónico.
La fijación de un umbral máximo de salidas en 3.000 personas abre la puerta a que su número pueda ser inferior. Todo dependerá de las condiciones que se ofrezcan. El último precedente, de 2016, incluso superó los planes de la empresa. La compañía entonces dirigida por Dimas Gimeno aceptó un total de 1.340 bajas entre sus empleados mayores de 58 años, pero las solicitudes superaron las 2.000 gracias a las condiciones ofrecidas, por las cuales los que se acogieran al plan continuarían recibiendo el 70% del salario neto hasta cumplir los 63 años.
La relajación de las restricciones por la pandemia entre junio y agosto, los correspondientes al segundo trimestre fiscal, permitieron a El Corte Inglés registrar un ebitda (resultado antes de impuestos) positivo de 64 millones de euros, después de que este indicador cayera en el trimestre anterior hasta unos números rojos de 225 millones. Pero esa recuperación parcial de la economía en la segunda mitad del año pasado, y la prevista para este ejercicio y el siguiente, se ha demostrado insuficiente para frenar la reestructuración. El sector del comercio está entre los más golpeados por la pandemia, azotado por los cierres, el desplazamiento de las compras a internet y el parón en la llegada de turistas, una de las fuentes de ingresos que se ha secado con la interrupción de los viajes y en la cual es especialmente fuerte El Corte Inglés.
Los ERTE han servido para aliviar parte de esa carga —El Corte Inglés lo presentó para casi 26.000 empleados durante la primera ola—, pero en ciertos casos —como el de la banca— las compañías estiman que los cambios estructurales en marcha hacen innecesario contar con las plantillas de antaño, cuando la vía presencial no tenía en la digital una competencia tan feroz como la actual.