El aumento previsible de los extremistas y los violentos que aprovechan las manifestaciones para provocar incidentes ha llevado al director general de la policía a poner en macha una reordenación operativa de las Unidades de Intervención Policial (UIP) y la adquisición de material de protección para los antidisturbios. Ahora bien, Ignacio Cosidó ha dejado claro que España es un país “tranquilo y seguro”, a la luz de los datos tanto de criminalidad como de incidentes en las manifestaciones que son mínimos y que no requieren mayoritariamente de ninguna intervención policial.
Pero para cuando haga falta y dada la agresividad extrema de los violentos la UIP pasará a que sus grupos se dividan en cuatro subgrupos en vez de tres, y siempre disponibles. Un grupo de intervención inmediata, formada por dos subgrupos, y con vehículos muy rápidos para intervenir en apoyo de otros.
Se van a adquirir 800 cascos con una pantalla de protección más fuerte que la actual; 300 escudos también más consistentes y 350 chalecos antitrauma con protección en el cuello y en la zona inguinal. Dado que el 22-M muchos agentes sufrieron agresiones en las piernas se van a adquirir 800 espinilleras. El director general ha mostrado a los diputados un casco roto y un escudo rotos por los impactos de los violentos y un chaleco con rajas en la espalda por objeto punzante.
De derechos y libertades han hablado los portavoces de la oposición Trevín, Feliu Guillaume, de CiU, Joan Tardá, de ERC, Ricardo Sixto, de IU, y Toni Cantó, de UPyD. Ha habido reproches por otros casos de actuaciones policiales. Diputados como Cantó y Trevín sacaron a relucir las quejas de los policías agredidos y sus compañeros, incluida la prohibición de que no utilizaran material antidisturbios. Todo lo negó el director general, incluido que hubiera podido haber “policías infiltrados entre los manifestantes”. Cosidó ha sido tajante: “Lo desmiento rotundamente, no hay policías infiltrados para calentar el ambiente”.
Dos objetivos había buscado el director general de la policía en esta comparecencia del Congreso. Primero, el apoyo de los grupos parlamentarios a la policía y la condena a la violentos. Los obtuvo pero acompañados a la crítica política de lo que ocurrió. El compareciente, director general de la Policía, tuvo que asistir a cómo desde la oposición, singularmente el socialista Trevín y el peneuvista Olabarría, le recordaban su actuación como portavoz de Interior del PP en la oposición frente al Gobierno socialista. “Usted llegó a decir en 2011 que el PSOE ganó las elecciones gracias al terrorismo”(Trevín). “Su beligerancia en la oposición trasládela al Gobierno para mejorar la actuación de la policía” (Olabarría).