La medida supone un paso histórico para la protección ambiental y la seguridad ciudadana, pero sobre todo para las reivindicaciones laborales de este coletivo profesional
El Congreso ha dado un paso crucial en la aprobación de dos leyes que suponen un antes y un después para la vida laboral de miles de profesionales que desempeñan una labor fundamental para la protección de nuestro medio ambiente y la seguridad ciudadana: los agentes forestales y los bomberos forestales.
Agentes forestales:
Jubilación anticipada: Se reconoce por fin el desgaste físico y psicológico que implica su trabajo, equiparando su jubilación anticipada a la de otros cuerpos de seguridad como policías o bomberos.
Reconocimiento profesional: Se plasma en la ley su consideración como policía administrativa especial y policía judicial, dotándoles de las herramientas legales necesarias para llevar a cabo sus funciones de manera más efectiva.
Mejora de las condiciones laborales: Se regula por primera vez a nivel nacional su jornada laboral, equiparándola a la de otros sectores con condiciones similares (agrícola, forestal, pecuario), limitando las horas máximas y estableciendo periodos de descanso adecuados.
Bomberos forestales:
Ampliación de la jubilación anticipada: Se va más allá de lo propuesto inicialmente por el Gobierno, incluyendo en el cálculo de los coeficientes reductores el tiempo dedicado a labores de prevención y vigilancia, no solo extinción de incendios.
Refuerzo del reconocimiento de enfermedades laborales: Se establece un compromiso firme para identificar y reconocer las enfermedades derivadas de la exposición a riesgos específicos en su trabajo, tomando en cuenta las normativas autonómicas existentes.
Mejora de la formación: Se sientan las bases para una formación profesional más completa y específica, acorde a las necesidades y desafíos que enfrentan en su día a día.
Un marco legal más justo y equitativo:
Ambas leyes suponen un avance fundamental en la creación de un marco legal más justo y equitativo para estos colectivos, que durante años han visto sus derechos y condiciones laborales relegados a un segundo plano. Se reconoce por fin la importancia de su labor y se les dota de las herramientas necesarias para desempeñarla con mayor seguridad y eficacia.
Un mensaje claro:
La aprobación de estas leyes envía un mensaje claro a estos profesionales: su trabajo es valorado y reconocido. Se les brinda la protección y el apoyo que merecen para que puedan seguir desarrollando su labor con la dedicación y el compromiso que siempre les han caracterizado.
Un hito para la protección del medio ambiente:
Más allá de su impacto directo en la vida de estos trabajadores, estas leyes tienen un impacto positivo en la protección del medio ambiente. Al contar con profesionales mejor preparados, equipados y motivados, se aumenta la capacidad de prevenir y combatir incendios forestales, proteger la biodiversidad y garantizar la seguridad de nuestras zonas rurales y naturales.
Un ejemplo de colaboración y consenso:
Es importante destacar que el proceso de aprobación de estas leyes ha sido un ejemplo de colaboración y consenso entre los diferentes grupos políticos. Se ha antepuesto el bien común y la búsqueda de soluciones justas para estos colectivos por encima de las diferencias ideológicas.
Un punto de partida, no un final:
Si bien estas leyes representan un avance histórico, no son un punto final. Se abre ahora un nuevo capítulo en el que será necesario trabajar para garantizar su correcta implementación y desarrollo, así como para seguir avanzando en la mejora de las condiciones laborales y de vida de estos profesionales esenciales.
Un compromiso con el futuro:
La aprobación de estas leyes es un compromiso con el futuro, un paso adelante en la construcción de una sociedad más justa, sostenible y segura. Se reconoce la labor invaluable de quienes arriesgan su vida para proteger nuestro medio ambiente y se les brinda el apoyo que necesitan para desempeñarla con mayor eficacia y satisfacción.