La perfumería ‘low-cost’ que más vende en España es un polvorín laboral a punto de estallar

El dueño de Primor se define como «hiena en ratos libres» y acumula conflictos con sus trabajadoras, sobre todo con las que se afilian a sindicatos

El próximo 3 de diciembre, siete ex-trabajadoras de la perfumería Primor irán a juicio contra la empresa por no haberlas incluido en el ERTE que inició con el estado de alarma. Las demandantes, empleadas de la tienda de Melilla, se habían organizado sindicalmente dos días antes del confinamiento. En aquel momento todo era incertidumbre. Contactaron con Comisiones Obreras para informarse sobre qué hacer y, el propio 14 de marzo, constituyeron una sección sindical.

Ese mismo día, un representante del sindicato fue a la tienda a hablar con ellas. La encargada, aseguran fuentes presentes en la reunión, las vio revueltas y preguntó qué andaban liando. A las nueve de la noche, en cuanto cerró el local, todas recibieron en su móvil un mensaje que comunicaba el cese del contrato. El resto de la plantilla fue a ERTE. La demanda solicita la nulidad del despido y una indemnización por vulnerar el derecho a la libertad sindical. Pese a haber iniciado los trámites con Comisiones, finalmente acudieron a CGT, que ya había ganado algún juicio a Primor.

CGT tiene un amplio historial de lucha contra Primor. Sus acciones incluyen una protesta en la tienda de Málaga, en la que un sindicalista con un cubo en la cabeza se manifestó ante la atónita mirada de las clientas al grito de «¡Primor explota a las trabajadoras!».

«No sé cuántas denuncias en materia de prevención de riesgos y condiciones laborales llevamos ya», explica Miguel Montenegro, portavoz de la organización. «Ha habido despidos y represalias por sindicarse, las empleadas no se pueden quedar embarazadas por miedo a ser despedidas… Tienen una trayectoria bastante dudosa».

La relación con la empresa es tan tensa que el dueño, Juan Ricardo Hidalgo, demandó al sindicato por atentar contra su honor: en las protestas en tiendas, en publicaciones de Facebook (donde CGT dice: «No compres en Primor. Esta empresa despide y reprime») y en las noticias de las acciones publicadas en la revista malagueña El Observador. El empresario pide 6.000 euros de indemnización, además de que CGT publique la sentencia y borre las publicaciones. El juicio se celebró este jueves y aún no hay sentencia.

¿Qué sucede en Primor? ¿Es el de Melilla un caso aislado o síntoma de cuestionables prácticas laborales? La empresa ha despegado en los últimos años hasta convertirse en la perfumería con mayor cuota del mercado, el «Mercadona» (salvando las distancias) de su sector. Con un 8,9% de cuota, Primor está por delante de Clarel, Druni, Douglas, Yves Rocher y Arenal, de acuerdo a los últimos datos de Kantar Worldpannel. Los expertos lo atribuyen a los precios, entre los más bajos del mercado. «El secreto es un surtido de 60.000 referencias, el mejor precio, un diseño diferenciador. Un know-how de muchos años innovando», dicen desde la empresa. La pandemia le ha sentado bien a su negocio online, que ha pasado de suponer el 6% al 15% de los ingresos.

Primor también es buena aprovechando el espacio. De media, sus tiendas tienen 270 metros cuadrados y cuenta con un flag-ship (una tienda insignia) en la madrileña Puerta del Sol. Según datos recopilados por El Confidencial, es la segunda cadena más rentable, solo por detrás de Sephora. Primor dice que espera facturar 500 millones de euros en 2020 y dispone de 40.400 metros cuadrados en tiendas. De llegar a esa cifra, le estaría sacando 12.380 euros anuales a cada metro cuadrado.
La reina del low-cost

La actual Primor es el resultado de gestión de Juan Ricardo Hidalgo, nieto del fundador. Primor empezó en 1953 como una perfumería familiar en el centro de Málaga y hoy suma 149 tiendas, entre propias y franquicias. Hidalgo, que en su Linkedin se define como «creador de sueños, domador de realidades, repartidor de Espidifenes, manipulador nivel pro, hiena en ratos libres, agitador de aguas de Levante, liador de tacos guapos… y golfista como modo de vida», no es muy dado a conceder entrevistas. Su mujer, Estefanía Salazar, es jefa de recursos humanos de Primor, delegada de UGT en la compañía («no es lo más indicado, pero se puede», dicen en el sindicato), ex-administradora y socia de varias sociedades del grupo.

El problema que destacan sindicatos y empleados consultadas es, precisamente, la cantidad de sociedades que forman Primor. Hidalgo ostenta sesenta cargos en más de una docena de empresas. La marca Primor opera bajo varias de ellas, a saber: Coral Vainilla S.L, Rosa Crema S.L, Rojo Nieve S.L, Blanco Limón S.L, Negro Divino S.L, Dobles Parejas S.L, Primor Can S.L, Dalpeses S.L y Persian Melon S.L. Otras sociedades del empresario con menor actividad son Amanecer Dorado S.L y Creador de Sueños S.L. Está también China Red S.L, que, según se desprende de la demanda que puso Hidalgo a la CGT, funciona como central de compras. Sumando los ingresos de todas, salen los 400 millones de euros que Hidalgo asegura haber facturado en 2019 (lo dijo en una entrevista en El País). Es más de lo que facturan sus competidoras. En su web, Primor solo menciona tres sociedades. No presentan cuentas consolidadas.

«Son pequeñas unidades de negocio independientes», justifican fuentes de la compañía. «Hay diversa morfología de tiendas y se agrupan en distintas sociedades».

Más información en https://www.eldiario.es/economia/perfumeria-low-cost-vende-espana-polvorin-laboral-punto-estallar_1_6464654.html