Ya hay un primer balance de la subida del impuesto de la renta sobre las personas físicas (IRPF) con que se estrenó el Gobierno de Mariano Rajoy. Recayó principalmente sobre las rentas medias, aquellos que ganan entre 30.000 y 60.000 euros al año.
Estos representan el 14% de los declarantes y, en cambio, aportaron el 31,4% de la recaudación adicional que logró el Ejecutivo con la histórica subida de impuestos, según los datos correspondientes al ejercicio de 2012 de la Agencia Tributaria publicados recientemente. El porcentaje aumentaría hasta el 34% si solo se tiene en cuenta los rendimientos del trabajo y no se añaden los del ahorro.
Con aquel aumento de impuestos, Hacienda calcula que logró una recaudación adicional de 4.713 millones de euros. De estos, 1.480 millones salieron de los bolsillos de quienes ganan entre 30.000 y 60.000 euros al año.
La aportación de los tramos más bajos de renta a la recaudación adicional fue nula por parte de quienes no ingresan más de 6.000 euros anualmente.
A partir de ese nivel, ya comenzó a notarse la subida fiscal. La recaudación conjunta de quienes ganan entre 6.000 y 30.000 euros al año fue de casi 1.100 millones. Entre unos y otros representan el 82% de los declarantes. Poco más de 1.100 millones adicionales es lo que recaudó Hacienda por las rentas del ahorro y del trabajo de quienes se sitúan entre 60.000 y 150.000 euros al año. Este tramo, que representa al 2,8% de los contribuyentes, es el que sitúa inmediatamente después de las rentas medias como las principales víctimas de la subida fiscal.
No obstante, al ser un colectivo mucho menor que el inmediatamente anterior (550.000 por 2,7 millones) la subida de impuestos considerada individualmente fue mayor para ellos. Así cada integrante de este tramo de renta pagó una media de 1.768 euros más al año a Hacienda, más 387,9 euros por los rendimientos del ahorro de este colectivo; muy lejos de la media adicional de 285,77 euros por las rentas del trabajo y de 94,22 euros.
El primer Consejo de Ministros del Gobierno actual se saldó con una subida del IRPF en todos los tramos de rentas del trabajo, para las más altas se llegó a un tipo de marginal del 52%. En el caso de las rentas que van de 30.000 a 60.000 euros el tipo alcanzó el 30% para quienes ganan hasta 33.007 euros al año; el 40% para los que ingresan hasta 53.407; y en el 47% a partir de esta última cantidad. En aquel momento también se aumentaron los tipos de los rendimientos del ahorro, que se situaron entre un mínimo del 21% (el tipo máximo por este concepto hasta entonces) hasta el 27% para quienes ganaran más de 24.000 euros al año.
Por el aumento de los impuestos a las rentas del trabajo, el incremento de la recaudación fue de 3.854 millones; por el del ahora, de 859.
Tras la subida fiscal, el número de rentas altas declaradas (las mayores de 60.000 euros al año) menguó considerablemente. En un solo año cayó un 10,5% y se situó en niveles propios de 2007.
Ahora el Ejecutivo trata de desandar el camino desde aquel Consejo de Ministros de diciembre de 2011, en el que no solo se subió el IRPF. El próximo viernes aprobará el proyecto de ley de la reforma fiscal, que se centrará básicamente en reducir el impuesto de la renta. La reforma no tocará el IVA, otro tributo que el Ejecutivo de Rajoy ha aumentado durante esta legislatura, aunque lo hizo meses después (en julio de 2012).
Aumenta la brecha entre hombres y mujeres
A los ojos de la Agencia Tributaria, la diferencia entre lo que ganan hombres y mujeres ha encadenado cuatro años creciendo. De 2009 a 2012, último ejercicio con datos disponibles, la brecha no ha hecho más que ensancharse. En concreto, hace dos años en España cada hombre ingresaba por su trabajo una media de 21.246 euros, mientras que cada mujer ganaba 15.372. La diferencia entre unos y otras era de 5.874, 166 euros más en un cuatrienio.
La brecha alcanzó su mayor magnitud en 2008. Ya al año siguiente se estrechó considerablemente: pasó de 6.193 euros más ganadas de media por un hombre a 5.708. Aquel fenómeno se debió a la gran destrucción de empleo masculino que hubo ese año, 2009. En los primeros compases de la crisis y, sobre todo en aquel ejercicio, los puestos de trabajo que desaparecían procedieron en gran medida de la construcción.
Desde entonces, la brecha ha vuelto a crecer, aunque tanto unos como otras ganan menos año tras año como consecuencia de la devaluación salarial.
FUENTE EL PAIS.COM