Artículo de opinión de nuestro Secretario General, Antonio Rodríguez, exponiendo la posición de SITCA en la actual revisión de los criterios para jubilación anticipada en determinadas circunstancias.
Desde SITCA, a través de nuestra participación en la Comisión Nacional y Subcomisión Regional estamos peleando por adelantar la edad de jubilación a los 58 años para determinadas profesiones, e introducir también la salud mental como causa de jubilación
Ni todas las profesiones son iguales, ni las circunstancias propias de cada persona son las mismas. Tratar igual lo que es desigual, no se corresponde con los principios de igualdad que deben regir todo sistema democrático y de derecho como el nuestro.
Hay profesiones, las llamadas tóxicas, penosas o peligrosas, que deben tener, y de hecho tienen, unas condiciones diferentes para acceder a la jubilación. Nadie puede pedir a un minero que trabaje hasta los 67 años. Y si bien es cierto que nuestro ordenamiento normativo ya reconoce estas profesiones y les asigna mejores condiciones para acceder a la jubilación, es igualmente cierto que nuestra sociedad necesita actualizar y ampliar el catálogo de profesiones y requerimientos para acceder a la jubilación.
Los tiempos cambian, y con ellos, hemos de adaptarnos. En este sentido, el Gobierno de España ha puesto en marcha una Comisión Nacional para estudiar y proponer criterios y coeficientes reductores que faciliten el acceso a la jubilación para determinadas plantillas bajo ciertas circunstancias y criterios.
SITCA está presente tanto en esta Comisión Nacional como en la Subcomisión Regional creada en Canarias para tratar el mismo asunto. Nuestra postura en ambos grupos de trabajo está siendo la que venimos defendiendo desde hace tiempo. Es imprescindible abordar la modificación legislativa que permita ampliar el catálogo de actividades y criterios que permitan una jubilación más temprana.
Hablamos de trabajadores y trabajadoras sometidos a trabajos con un importante desgaste físico, como bien podemos citar las camareras de piso, las llamadas “kellys”, personas que con frecuencia deben medicarse para mitigar los dolores y seguir trabajando.
Como ellas, un buen número de trabajadores están sometidos a trabajos sumamente estresantes, con un gran desgaste físico, psíquico y emocional, que a menudo pone en riesgo su salud. Además de otras también peligrosas por estar expuestos a productos químicos, o sencillamente, los llamados trabajos penosos.
Mencionemos, por ejemplo, el trabajo nocturno, los trabajos a turno partido, o por turnos rotativos, y en definitiva, un numeroso grupo de actividades que causan un mayor desgaste físico y emocional en las personas, y que deben ser tenidas en cuenta a la hora de permitir su jubilación anticipada.
La lucha de SITCA sigue siendo el reconocimiento de todos estos factores, y su aplicación en la legislación laboral. Pero vamos mucho más allá, porque desde esta Central Sindical, consideramos imprescindible e inaplazable reconocer también la salud mental, en todas sus vertientes, como motivo de jubilación a edades más tempranas que la ordinaria.
Es indudable que algunas profesiones, por su carácter estresante, por la presión mental que ejercen sobre esos trabajadores, o por otras razones de análoga naturaleza, deben tener la consideración de penosas también. No sólo cargar peso es penoso. Debe ser tenido en cuenta el elemento de la salud mental y emocional, y en este sentido, desde SITCA venimos defendiendo en ambas comisiones su inclusión como motivo de jubilación.
Queda un camino por recorrer, qué duda cabe, pero ya es una buena noticia que los distintos gobiernos, nacional y autonómico, hayan creado estos grupos de trabajo, para que los agentes sociales aportemos nuestras propuestas.
La normativa que habrá de salir de estas dos Comisiones debe, ineludiblemente, dar respuesta a la realidad social y laboral de nuestro tiempo, y muy especialmente, abordar sin complejos y con decisión la inclusión de la salud mental entre los criterios de jubilación. De otro modo, la normativa nacería obsoleta antes incluso de empezar a aplicarse, y eso sería un fracaso que como sociedad no podemos ni debemos permitirnos.