Rajoy pide a la gran empresa que no se relaje para impulsar la mejoría

El presidente del Gobierno ha recibido este miércoles a comer en el Palacio de La Moncloa al Consejo Empresarial para la Competitividad (CEC) con todos los temas de la actualidad más candentes sobre la mesa. “Fue una reunión necesaria en un momento necesario”, según coincidieron todas las partes, en la que el presidente comenzó agradeciendo el apoyo que le ha prestado durante los dos últimos años este grupo empresarial (lo conforman 18 de las compañías más importantes del país) y acabó hablando del “fin de la destrucción de empleo, la positiva evolución del crédito y la ganancia de competitividad”.

Rajoy ha invitado a los empresarios a hacer una análisis conjunto de la situación y constatar con ellos los datos de la recuperación, a la que precisamente la UE ha puesto la pega de que habrá crecimiento, pero sin empleo. En ese sentido, el presidente quiso poner la nota de prudencia al subrayar que “queda mucho por hacer”, algo que los empresarios saben de sobra, pero que le sirvió para pedirles que no se relajaran. “Nosotros no lo vamos a hacer”, añadió.

El encuentro de apenas hora y media, Rajoy —estuvo con su jefe de gabinete (Jorge Moragas), el jefe de su Oficina Económica (Álvaro Nadal) y la secretaria de Estado de Comunicación (Carmen Martínez Castro)— también abordó la cuestión catalana, con la que los empresarios se sienten muy involucrados (una parte importante de sus miembros son catalanes y representan a grupos catalanes, además de tener todos una destacada implantación en aquel territorio). No aportó ninguna novedad y, si cabe, ante el poderoso grupo que tenía como auditorio, se mostró más firme para resaltar su oposición al referéndum y a cambiar la Constitución.

Asimismo, tras recordar que Cataluña es una sociedad plural, destacó los riesgos que supone; pero el presidente subrayó que la posición del Gobierno es la de “la disposición al diálogo”. En ese sentido, desveló que Artur Mas nunca le había pedido una reunión formal desde que anunció la consulta.

Rajoy también aseguró a los empresarios que va a dar la batalla para avanzar en la integración europea en todos los frentes abiertos empezando por culminar la unión bancaria. En ese punto hizo hincapié en la necesidad de la integración del mercado energético, en estos muy en boga por la crisis de Ucrania y las posibilidades que se le abren a España para solucionar como paso del gas de Argelia y la capacidad de almacenamiento con que cuenta.

En ese contexto, surgió el tema de las próximas elecciones europeas. El presidente reconoció la igualdad que muestran las proyecciones entre los grandes grupos y, ante eso, subrayó la dificultad que supone la proliferación de partidos pequeños para sumar mayorías y “gestionar la gobernabilidad”. Rajoy, que defendió “el denostado bipartidismo”, se refería al reparto de funciones y poderes; pero alguno de los presentes quiso entrever una referencia a la posibilidad de grandes pactos entre los principales grupos. Y hubo quien incluso reclamó la necesidad de que se involucre el PSOE.

Por boca de su presidente (César Alierta, presidente a su vez de Telefónica), el CEC le transmitió su apoyo y la constatación de que “la recuperación gana fuerza”. Según el CEC, que adelantó a Rajoy algunas conclusiones de su informe sobre las previsiones para 2014 y 2015, va a haber contribución positiva de la demanda interna al crecimiento en este periodo,en el que prevé un crecimiento del 1,3% (una décima mejor que la del Gobierno) y del 2%, respectivamente. Asimismo, destaca que el ajuste estructural permitirá mejorar la capacidad de financiación y que se va a reforzar la imagen de España como país para invertir. En ese punto, la gran empresa reclamó continuar con las reformas y el “renacimiento industrial de España” para ganar competitividad en Europa.

Además de Alierta, intervinieron Francisco González (BBVA), Isak Andic (Mango), Emilio Botín (Santander), Rafael del Pino (Ferrovial) e Ignacio Sánchez Galán. Rajoy escuchó de ellos alabanzas, pero también desaprobaciones por considerar que no se cuenta debidamente con la gran empresa para ese renacimiento.

El CEC también se mostró preocupado por la reforma fiscal, de la que exige rebajas del impuesto de sociedades y de las cotizaciones sociales y un sistema tributario simple y sencillo, con un marco estable y transparente que favorezca la competitividad.

FUENTE EL PAÍS.COM