Tres meses muy largos

Cuando decidimos fundar SITCA, allá por el año 2001, algunos nos dieron tres meses de vida. De eso hace ya 20 años

Corría el año 2001, época convulsa y de cambios, con el nuevo milenio recién estrenado, y una realidad geopolítica y económica global que se encaminaba hacia escenarios inciertos, turbulentos y agitados.

La clase trabajadora, como suele ocurrir, asistía por aquel entonces a esta nueva realidad sin decidir mucho, siendo más bien como un corcho que flota en la corriente, y es llevado sin que pueda dirigir su rumbo lo más mínimo.

En Canarias, con nuestras peculiaridades y nuestra realidad propia, que no es ajena a la mundial, pero que aquí tiene sus propias características, vivía también su propia época de incertidumbres en medio de una burbuja inmobiliaria que no paraba de crecer y parecía que nunca tendría fin.

Por aquel entonces, y también hoy en día, la lucha sindical por los derechos laborales, económicos y sociales de los trabajadores, y por la dignidad de la clase obrera, discurría entre quienes se partían la cara día a día por lograr mejoras, y quienes preferían templar gaitas, acomodando las reivindicaciones de sus compañeros los intereses propios personales o, lo que es peor, a la conveniencia de la patronal en determinados casos, algo totalmente intolerable cuando hablamos de sindicalismo.

En este caldo de cultivo, y cansados de no poder llevar a cabo el sindicalismo del nuevo milenio que creíamos necesario, fue cuando decidimos dar el paso y crear esta Central Sindical, que dimos en llamar SITCA, Sindicato Independiente de Trabajadores de Canarias.

Nos decidimos a crear SITCA porque donde estábamos era imposible llevar adelante la lucha sindical y obrera bajo los parámetros que creemos adecuados y necesarios: honradez, seriedad, coherencia, independencia y sobre todo eficacia. Está bien gritar detrás de un megáfono, pero si luego no eres capaz de llevar adelante negociaciones realistas que deparen mejoras palpables y concretas para los trabajadores, entonces no estarías siendo eficaz, y no estarías sirviendo como es debido a quienes han depositado en ti la confianza.

Por suerte, como no nos debemos a nadie, y no seguimos directrices políticas, ni estamos esperando a ver las instrucciones que dan desde Madrid, en SITCA podemos desarrollar nuestro trabajo tal y como creemos que debe ser.

Justo es hacer un merecido reconocimiento a los 32 compañeros que, en la asamblea de julio del 2001, y a propuesta de este Secretario General, acordaron y votaron afirmativamente para la creación de SITCA.

También me parece justo y necesario rendir aquí y ahora un sentido homenaje a todos los que contribuyeron con su trabajo, esfuerzo y colaboración, como simpatizantes, afiliados, delegados, miembros de la Ejecutiva, colaboradores y demás amigos de esta casa, y que hoy lamentablemente ya no están entre nosotros, pero que forman parte de la historia y memoria colectiva de esta casa común llamada SITCA, que con tanta ilusión ha ido desarrollándose durante estos 20 años.

Y los resultados nos confirman que estamos en el buen camino. En estos 20 años que ahora cumplimos no hemos parado de crecer, tanto en número de afiliados, como de delegados de personal o representantes de los trabajadores en comités de empresa. También hemos ido ganando presencia en muchos sectores económicos donde no estábamos, algunos estratégicos para Canarias.

En los últimos diez años somos el sindicato de Canarias con mayor crecimiento, y actualmente somos una de las Centrales Sindicales más importantes de Canarias.

Cada vez es mayor el número de representantes legales de los trabajadores y comités de empresa que se pasan en masa a SITCA, abandonando a otras opciones sindicales que son incapaces de articular un sindicalismo que de verdad sirva con eficacia a los compañeros que confiaron en ellos. Aquí siempre les recibimos con los brazos abiertos pues sabemos que estas decisiones no son fáciles, y que están motivadas por el deseo irrefrenable de poder hacer las cosas bien, y de responderle a quienes depositaron su confianza en ellos.

Ni la COVID-19, que nos golpeó con fuerza pero a la que hemos dado una respuesta a la altura de las circunstancias, ni las muchas dificultades halladas en el camino durante todos estos años, han podido doblegar a los hombres y mujeres que formamos SITCA, ni lo van a hacer en los años venideros.

Nos gustaría contar contigo entre nosotros. Si crees que todavía hay mucho que hacer en la defensa de los derechos de los trabajadores, entonces en SITCA tienes tu sitio. Ven, y únete a la lucha. Te estamos esperando.